¿Y DAVID?
No me pregunten por qué,
no sé bien lo que ha ocurrido,
hoy el día se ha teñido
de luto, porque se fue.
Se marchó con su porqué
dejándonos la tristeza,
las cosas de la cabeza
sólo el cielo las conoce,
en la Tierra deja el goce
del placer de su grandeza
Jócamo, 24. VI. 2022
¡Hasta siempre Deibi!
Era época de Corpus. Por aquella época trabajábamos mucho las reproducciones de El Greco y la luz del día te permitía sombrear y combinar mejor los colores, por lo que yo iba al enrame en las mañanas, al contrario de la mayoría y el salón estaba vacío. Pronto llegaba él, pequeño, rubito y siempre sonriente.
¡Hola Deibi! Le decía yo con mi mala pronunciación de su nombre en inglés y, no reconociéndose, se reía y me repetía ¡Hola Deibi! Y así fue durante mucho tiempo.
Cuando coincidíamos, desplegaba su amplia sonrisa y sonaba al unísono nuestro ¡Hola Deibi!
Y así muchos años, siempre amable, siempre sonriente, hasta que me dieron la triste noticia.
¡Cuánto lo siento Deibi!
Cuanto lamento que, como en la canción de Alfonsina, “sabe Dios qué angustia te acompañó y que dolores viejos calló tu voz”.
Sólo quiero decirte que mi teléfono guardará un número con el nombre de Deibipolicía…y quién sabe, puede ser que un día suene para decirme que en esos nuevos caminos que te enamoraron, encontraste la paz, la tranquilidad y la luz que te negaron los caminos de este mundo.
¡Hasta siempre Deibi!
Sé que a tu familia hoy nada les puede ayudar, pero con el tiempo podrán comprender tu búsqueda, sabiendo que te llevas todo su cariño.
Máximo Pérez Tejera 25.VI.2022
In memorian
Qué difícil se me hace hilvanar unas palabras para traer a nuestra memoria el recuerdo de la flor que se marchitó hace poco entre nosotros.
Su fragancia personal no se puede olvidar tan fácil, aún llega hoy fresca hasta aquí y es muy difícil no recordarle.
La flor se nos regaló y entre sus humanos pétalos nos brindaba la sonrisa; la que nos contagiaba en los infinitos encuentros.
Hoy desde tu otro jardín seguirás irradiando la eterna sonrisa que nos regalaste antes.
Aquí, tu familia y amigos guardamos en nuestros corazones hermosas imágenes de tu paso entre nosotros por el jardín de la vida. Todo un regalo ante la orfandad en que nos dejas.
Tu brillo no se apagará entre nosotros, sabremos recoger tu fragancia y guardar su esencia, la esencia de una vida que no ha sido vana.
Allí donde tú has ido sigue cultivando todo aquello que nos cautivó de ti, que tu flor nunca se marchite y envíanos tus buenas energías, aquellas que irradiaban en ti. Las necesitamos para fabricar en nuestras vidas nuevas metas que nos lleven algún día a encontrarnos contigo en el “Jardín de la Esperanza”, para seguir disfrutando de ti:
– de tu eterna sonrisa.
– de la mano amiga.
– del servidor de un pueblo, enamorado de su profesión.
– del confidente de muchos.
– del abrazo sincero del amigo.
– de tus infinitas virtudes que en el día a día nos regalaste.
Lloramos con los que te lloran y nos alegramos con tus vivos recuerdos. Tu vida no ha sido inútil y eres para nosotros luz que nos guía. Espéranos para reunirnos en tu jardín, pues queremos seguir compartiendo juntos la vida que aquí iniciamos.
No olvides que esa Esperanza nos une a todos contigo.
David ¡Qué Dios te haga feliz en su cielo!
¡Te lo mereces!
José Roberto Martín Pérez 16.VII.2022