Corpus Christi en tiempo de pandemia

Este año por primera vez se interrumpe la tradición en la confección de arcos y pasillos por motivos sanitarios ante la pandemia, pero continúa la celebración del Corpus Christi como reconocimiento a la presencia de Jesús resucitado en la Eucaristía que se mantiene en los actos religiosos.

Texto: Julián Delgado Yanes. 11/06/2020


La celebración de la fiesta del Corpus Christi en Villa de Mazo tiene su arranque en 1605, fecha en la que con toda probabilidad se celebró la primera procesión del Corpus Christi en los días posteriores a la solemne colocación del Santísimo Sacramento en el templo de San Blas el 15 de mayo del mismo año. Miramos con vértigo el legado de una tradición que llega al año 2020 con 415 años de historia. Es en 1873 cuando el Corpus empieza a celebrarse con alfombras y pasillos y decorando altares  y colocando pañuelos de tela.  Según nos cuenta Cirilo Velázquez, en la Historia General del municipio de Villa de Mazo, en el año 1895 aparece por primera vez un gasto municipal relacionado con la confección de un arco para ser colocado en la plaza el día de Corpus Christi. Los vecinos de los diversos barrios participaban en esta fiesta entramando con fayas el camino a recorrer, rivalizando en la colocación de vistosos pañuelos multicolores.

En los años siguientes se instalaron unos “descansos” para que, al paso de la procesión, el Santísimo haga un alto para bendecir a los todos los barrios del municipio.  El primer arco vertical tal y como los concebimos hoy, fue confeccionado por los vecinos de La Sabina en el año 1954, construido con dos astas paralelas y a una altura de unos dos metros y medio atravesada por un gran tablón, a modo de dintel, en el que colocaron cuatro palomas y un gran corazón de Jesús, rematado por una cruz y enramado con pétalos. A partir de aquí, los demás barrios fueron sumándose a la celebración y aportando cada uno su arco que con el paso del tiempo han ido evolucionando en forma y tamaño hasta los actuales arcos de Corpus.

Esta fiesta fue declarada, por resolución de 23 de diciembre de 1985, de la Secretaría General de Turismo, como Fiesta de Interés Turístico Nacional.

Durante todos estos años son innumerables los reencuentros que se producen en las fiestas del Corpus, unos meses antes la recogida del material que se utilizará en arcos y alfombras, convoca a los vecinos y vecinas en los barrios para confeccionar  las obras de arte que una vez instalados en las calles del municipio servirán para adornar y alabar el paso del Corpus Christi. Este año por primera se interrumpe la tradición en la confección de arcos y pasillos  por motivos sanitarios ante la pandemia pero continúa la celebración del Corpus Christi como reconocimiento a la presencia de Jesús resucitado en la Eucaristía que se mantiene en los actos religiosos.

Son muchos los debates que estaban abiertos en los diferentes barrios al ver como no existen nuevas incorporaciones  que permitan mantener vivo el adorno de los arcos.  Por ley de vida se van retirando personas que han tenido un papel vital en el tiempo por su esfuerzo y dedicación y debemos ser creativos para conseguir que exista una renovación en las personas que se incorporan a esta actividad social que da vida a nuestros barrios. Vivimos tiempos en donde la juventud nace unida a las nuevas tecnologías en  donde la sobre estimulación les lleva a no pararse. Elaborar un arco supone paciencia, parar el tiempo, no tener prisa por ver el resultado de una manera inmediata y eso parece que se enfrenta a lo que hoy la sociedad busca y es un resultado rápido ante las acciones que iniciamos. Participar de esta experiencia religiosa no puede convertirse en un agobio para las personas que participan y que ven como cada vez son menos manos las que sostienen esta bella y laboriosa tradición. Depende de todas las personas que estamos vinculadas a nuestra celebración del Corpus Christi, el que las nuevas generaciones descubran, valoren y disfruten de una actividad que sirve para hacer más comunidad en cada uno de los barrios de Villa de Mazo, homenajeando al Cuerpo de Cristo. La desolación que ahora nos invade a todos los que sentimos esta celebración como una fiesta de encuentro y gozo, deberá servirnos para retomar el próximo año con nuevas energías la continuidad de una tradición que nos identifica como pueblo, en el embellecimiento de nuestras calles que muestran todo su esplendor en honor a Cristo Resucitado.


Algunas fotos del arco de La Rosa:

(La mayoría de ellas pertenecientes al archivo de Felisa Cabrera)

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